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COVID-19 Y POLÍTICA

By 10 apirila, 2020No Comments

“Celebremos el Aberri Eguna, día 12 de abril, ondeando la ikurriña y la bandera de Navarra en nuestros balcones. Mostremos al mundo que en el confinamiento de nuestros hogares vive todo un pueblo que desea ser y será independiente.”

Llamamiento para el Aberri Eguna

El calibre y la frecuencia del trasiego y tráfico de personas y mercancías a nivel mundial, nos enseña que en el futuro tenemos que estar preparados para prever, tratar y convivir con situaciones de cualquier orden como las que se están derivando del COVID-19.

Hagamos una lectura política de esta pandemia:

Es notorio que todas las decisiones y su puesta en práctica han sido y están siendo a nivel de estado; prueba evidente de ello han sido y son los cierres de fronteras. Los decretos aprobados prueban que las máximas instituciones de poder político hoy en día son los Estados.

Nuestra nación necesita de un Estado propio a la hora de tomar medidas para que se desenvuelva de acuerdo con su idiosincrasia, es decir, su ser y su cultura.

En la zona de Euskal Herria ocupada por el estado español, los “mandatarios” de las dos “comunidades autónomas” en las que ha sido forzosamente dividida, se han ceñido a la mera gestión de las decisiones emanadas del imperialismo español, ahondando aún más en nuestra brecha nacional.

El comportamiento del gobierno autónomo regional vasco (gARv) y del gobierno foral regional de Navarra (gFRn) ha evidenciado, como hasta ahora, que junto a los demás gobiernos autónomos regionales, no son más que parte del sistema político imperialista español.

El “puesto de mando” establecido en Madrid por el gobierno de España –bajo el auspicio de su aparato militar y policial, y refrendado por el capitán general de los tres ejércitos, así como por su aparato policial-, es una muestra clara de un estado cuartelero, bananero y social/nacional imperialista.

Consecuentemente, el pueblo vasco y sus instituciones reales –las que rechazan la sumisión al imperialismo–, en situación de ocupación, no han existido ni existen para los que nos someten.

El gARv y el gFRn no han hecho más que refrendar esa inexistencia de instituciones reales propias, mediante su sumisión incondicional.

Y, por si fuera poco, han permitido, sin oposición alguna, que miembros del ejército imperial que nos sojuzga y ocupa, aprovechando la ocasión brindada, se presenten como salvadores, benefactores y asistentes en la ayuda. En realidad, han mostrado –visiblemente en esta ocasión– que están aquí, ocupando nuestro pueblo. Estas actitudes permisivas aceleran el proceso de asimilación que padecemos, si no estamos despiertos y las denunciamos políticamente. No pueden ni deben engañarnos, no podemos legitimarlos como un ejército democrático y no violento.

La única salida que nos queda es la restauración de nuestro Estado, y esto solo es posible mediante la acumulación de fuerza en torno a una estrategia, dentro de una resistencia organizada fuera de los sistemas políticos ocupantes.

Celebremos el Aberri Eguna, día 12 de abril, ondeando la ikurriña y la bandera de Navarra en nuestros balcones. Mostremos al mundo que en el confinamiento de nuestros hogares vive todo un pueblo que desea ser y será independiente.

Josetxo Lizarraga